Culpables somos todos

¿De qué se me acusa? ¿Quién me acusa? Son las preguntas que se hace Josef K, el personaje central de El Proceso, una de las obras más importantes de Franz Kafka. Un día aparecen en su habitación unos individuos que le informan que está detenido y cuando aparece el Inspector, este le confirma lo dichos por los guardianes. Josef K. simplemente no entiende y la obra nos lleva por laberintos en busca de la razón de la culpa del personaje. Impotente ante la adversidad, Josef K simplemente acepta su papel de culpable porque al final, todos somos culpables de algo, aún si no lo sabemos. Muere sin jamás haber visto al juez ni al jurado que lo sentenció. Ante el poder abrumador que existe a nuestro alrededor, simplemente no hay nada que hacer, excepto aceptar la culpa que todos llevamos dentro.

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