El gobierno federal no está haciendo lo necesario para detener a los miles de migrantes que llegan a la frontera con Texas, afirma el Gobernador Greg Abbott. Por esta razón, en octubre pasado se hizo oficial el anuncio de la Operación Lone Star, que utiliza agentes estatales y de la Guardia Nacional de Texas para detener indocumentados. Creando de facto un sistema legal paralelo al existente en el estado texano, los agentes acusan a los migrantes de entrada no autorizada en propiedad privada, no de estar ilegalmente en el país. En lugar de entregarlos a las autoridades federales de inmigración, son detenidos en cárceles de los condados donde ocurre el arresto. Sin embargo, esta medida ha saturado las cortes de casos que están en la categoría de delitos menores. Activistas y defensores de los derechos de los migrantes afirman que una gran cantidad de casos son rechazados o deshechados por los jueces que los revisan, dejando en libertad a los acusados. Al anunciar la Operación se asignaron más de 36 millones de dólares, pero si se incluyen otras asignaciones de fondos, el total podría llegar a los 3 billones de dólares. Los críticos de la Operación afirman que es un gasto muy elevado para los pobres resultados que ha producido hasta ahora.