Einstein falleció en1955 pero su vida nos sigue provocando admiración, por su extraordinaria visión de la física y por sus contribuciones a la ciencia. Sin embargo existe una parte poco conocida de lo ocurrido con su cerebro poco después de su muerte, a causa de un aneurisma aórtico abdominal. Por razones no muy claras, el médico legista, Thomas Harvey, encargado de la autopsia de Einstein, decidió quedarse de manera no autorizada, con el cerebro del genio científico. La familia y amigos del creador de la Teoría de la Relatividad cumplieron con su deseo de ser cremado, sin saber que al cuerpo le faltaba el cerebro e incluso, según algunos, los ojos. Tiempo después, el Dr. Harvey, llevaría el cerebro a una universidad de Pensilvania, donde fue cortado en 240 bloques y posteriormente cortado en delgadas tiras, como aún se conserva en el Museo Mutter de Filadelfia, lugar donde se exhiben en forma grotesca, restos humanos de personajes famosos. Antes de llegar a lo que sería su último destino, el cerebro estuvo en un recipiente con formol y escondido en un rincón, debajo de un refrigerador para enfriar cervezas. En una siguiente entrega, hablaremos de los estudios serios y profesionales que se han hecho para tratar de determinar las razones que lo hicieron famoso y ser uno de los hombres más inteligentes que hemos conocido.