Supremacistas blancos de todo el país se dieron cita en Charlottesville, Virginia, en 2017, para manifestar su rechazo al cambio demográfico que se vive en los Estados Unidos. El grupo compuesto de grupos racistas y neo-nazis marchó por el campus de la Universidad de Virginia con antorchas, al estilo de los desfiles de Hitler, gritando: «no seremos reemplazados», refiriéndose al aumento de grupos de otras razas en el país. La presencia de cientos de supremacistas y de defensores de la igualdad racial provocó violentos choques entre los dos grupos. Un jurado de Charlottesville determinó esta semana, que los organizadores de la marcha racista, son culpables de daños a personas que se manifestaban en su contra. Los acusados, 10 personas y 14 grupos, deberán pagar 27 millones de dólares para cubrir gastos médicos de sus opositores. Una activista murió en esa ciudad, en un incidente por separado, al ser arrollada por un supremacista que lanzó un vehículo contra una multitud que protestaba la presencia de los grupos racistas.